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Hacer una película es un proceso largo y laborioso que puede llevar meses o incluso años. Un esfuerzo titánico que puede llevarse consigo la salud, relaciones de pareja, amistades, además de una buena cantidad de dinero de los responsables que se embarcan en este viaje. En cuanto a la realización de un cortometraje, se podría llegar a hacer una ecuación en la que el tiempo y las repercusiones podrían dividirse entre cinco o seis, respecto a un largometraje. Está claro que las matemáticas no se pueden aplicar a un proceso creativo, aunque no deja de ser un reto. Tener una idea que te parezca buena, escribir el guion, conseguir dinero para rodar el corto o -en su defecto- pedir un millón de favores que nunca podrás devolver. Hacer un buen casting, conseguir localizaciones que se adapten a las necesidades de la historia, conseguir material técnico para rodar, equipo humano que quiera pasar unos días enfrascado en una historia de la que nadie puede asegurarte que saldrá algo bueno. Rodar, montar y sonorizar para que sea presentable y decente. Todo, para que llegue un día en el que durante 10 o 15 minutos un grupo de personas lo vean y digan algo así como: “no está mal”, “la fotografía es buena”, “no lo entiendo” o “yo habría hecho algo diferente”.

Todas esas ideas que rondan como una tormenta por la cabeza de los que quieren hacer cine se disipan y se transforman en energía cinética que avanza desmesurada cuando te marcan el reto en forma de contrarreloj. “Tienes 24 horas para rodar un corto, ni un minuto más”. Ahí lo tienes, si te atreves lo haces. Si no, quédate en casa pensando en alguna historia que te convenza y cuando lo tengas claro lo haces de la mejor manera posible.

Una experiencia así es la que proponen los concursos de cortometrajes express, como es el caso de “Mil mirades Barceloneta”, la experiencia de cine que propone el colectivo Mil Mirades en el  Centre Cívic de la Barceloneta este fin de semana, días 20 y 21 de mayo. Las reglas son sencillas: a una hora determinada la organización dará a los participantes las tres premisas que tendrán que estar presentes en la historia: un espacio, un objeto y una frase. Todo esto en un cortometraje sin diálogos rindiendo homenaje al cine mudo. Y a partir de ese momento los valientes cineastas tendrán 24 horas para rodar, editar y entregar un cortometraje de 4 minutos, filmado en el barrio de la Barceloneta.

Ya no hay tiempo para pensar la gran historia de tu vida, para rodar en aquel espacio con el que siempre has soñado ni trabajar con aquel actor que te fascina. No será la mejor obra de tu vida, pero habrás rodado un corto y habrás dado un paso pequeño, pero importantísimo en tu corta o dilatada carrera. Es el momento de sacar la creatividad, el esfuerzo, el talento y el compromiso a marchas forzadas. El tiempo es hora y el cine es tiempo.

Los alumnos de la Carrera de Dirección de FX ANIMATION Barcelona 3D & Film School se han atrevido a aceptar el reto, así que les deseamos suerte y, sobre todo, que disfruten del proceso. Es cine express, pero cine al fin y al cabo.