Las películas candidatas al Oscar al Mejor Documental de este año estaban repletas de historias que de una manera u otra giraban en torno a la problemática racial en Estados Unidos (EEUU). Tanto del documental “13 th” (https://fxanimation.es/13-th-el-primer-ejemplo-de-la-historia-del-cine/) como “I Am Not Your Negro”, versan sobre el racismo o diferentes conflictos en que el colectivo negro ha sufrido durante el último siglo en los EEUU. Una reivindicación sobre la lucha de los derechos civiles en un momento en que la llegada de Donald Trump al gobierno azota las “supuestas libertades” norteamericanas y en general el ultranacionalismo y la ultraderecha están conquistando parte de Europa y el mundo.
Pero el documental ganador del Oscar no es ninguno de ellos, el ganador es “O.J: Made in America”, una película producida por ESPN Films y dirigida por Azra Edelman. Al igual que muchos de los documentales que filma la cadena especializada en deportes, es bastante más que el retrato de un personaje clave en la historia del deporte norteamericano. Se trata de una figura vital en la historia moderna del deporte, el espectáculo, la nueva televisión sensacionalista, un icono de la cultura pop y… ¿un referente en la lucha en los derechos civiles?
O. J. Simpson ha sido uno de los jugadores de fútbol americano más importantes de la historia y también uno de los personajes más mediáticos de la prensa y la televisión. Una estrella del deporte de raza negra, cuyo éxito eclosionó en un momento clave de la reciente historia de EEUU: la guerra del Vietnam y uno de los momentos álgidos en la lucha de los derechos civiles de los afroamericanos. El
documental relata, en una estructura similar a la de las películas de gánsteres, del ascenso y posterior caída de un ídolo de masas. Un deportista negro que triunfó y decidió vivir como cualquier hombre rico y poderoso blanco y que se desmarcó por completo de la lucha por los derechos de su raza, alegando que quería que le reconocieran por quién era: O.J. Simpson, y no como un hombre de color con una responsabilidad social por su estatus de ídolo de masas.
El documental avanza en la historia reciente de la desigualdad y la violencia policial en Los Ángeles en contra de las personas de raza negra, hasta que llega a unos de los momentos determinantes de la película: la acusación de homicidio de Simpson por la muerte de su exmujer y un amante de ésta, en 1994. Las circunstancias de violencia policial en casos como el apaleamiento por parte de unos agentes de policía a Rodney King en California convierten su caso en un acto de lucha racial y justicia social. Asistimos de manera precisa a los detalles del juicio, como lo hicieron los propios protagonistas, más de veinte años después. Pero asistimos también a un fenómeno mediático que de alguna manera impulsó una nueva forma de entender la televisión y los medios de comunicación. Al igual que sucedió en España con el terrible “Triple Crimen de Alcasser” que derivó en la conocida “telebasura”, el caso O.J Simpson se convirtió en el suceso más seguido y explotado en las dos últimas décadas, vital para entender otros fenómenos sensacionalistas como el de la familia Kardashian, los reality shows o el posterior periplo del mismo Simpson.
ESPN Films vuelve a utilizar de manera maestra el universo del deporte para retratar los males más profundos de su sociedad como las drogas, el poder, la mafia, la injusticia social, la ambición desmesurada, la ignorancia, el VIH… males que desnuda en documentales como “Chirs Herren, un yonki del basket» (2011), “Broke” (2012), “Benji: Ben Wilson, una vida truncada» (2012) o “Playing for the Mob» (2014).
Con la historia de O.J. Simpson se desenmascara a un hombre, una a sociedad y a un país con dos caras.