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El estudio holandés Guerrilla Games  lleva mucho tiempo desarrollando juegos de acción en primera persona, pero por fin nos ofrecen algo completamente diferente: “Horizon: Zero Dawn”, una aventura de acción en mundo abierto y con toques de rol que, para alegría de todos los usuarios de PS4, está a la altura de las expectativas. El videojuego salió ayer, 1 de marzo, al mercado español y se convierte por derecho propio en unos de los exclusivos imprescindibles de la consola.

Pero no es un solo un juego bonito. También tenemos una aventura sorprendentemente ambiciosa, literalmente enorme, que se juega fenomenal, que es siempre entretenida y que, además, redondea todo esto con una historia muy elaborada e interesante.

Tras pasar más de cuarenta horas dando caza a criaturas de metal, no alcanzamos a comprender cómo un equipo que hasta ahora se había dedicado casi exclusivamente a los disparos en primera persona de la saga Killzone, ha sido capaz de reinventarse y dar vida a un producto tan distinto y tan grande. Horizon es mundo abierto con elementos RPG (Role Playing Game) y una historia de las que no se olvidan. Pero también es un universo colosal, capaz de mirar de tú a tú a los más grandes y un espectáculo técnico que marca un nuevo listón a superar esta generación.

Horizon es un action RPG con todas las de la ley. Y uno muy bueno. Los combates no sólo requieren habilidad y buenos reflejos, si no que incluyen un componente táctico que invita a pensar antes de disparar. Las máquinas, las criaturas metálicas que recorren el mundo, son la principal amenaza; en total hay 26 tipos distintos y cada una tiene un diseño, un comportamiento y unas habilidades únicas. Gracias a un pequeño dispositivo que Aloy (la protagonista) consigue al principio de la aventura, podemos examinarlas, conocer sus puntos fuertes, débiles y los posibles objetos que obtendremos al derrotarlas.

Donde el juego es realmente interesante es en su relato de ciencia ficción, en los motivos por los que la humanidad se ha ido al traste, y ahora el planeta lo habitan estas máquinas de aspecto y comportamiento animal. Esta es la parte del juego que te tiene completamente enganchado desde el principio hasta el final y se explica todo con una meticulosidad y una cantidad de detalles que hacen que te quites el sombrero hacia el enorme trabajo que ha hecho Guerrilla Games para crearlo.

El estudio holandés siempre ha querido apostar por juegos técnicamente portentosos y Horizon Zero Dawn no es excepción. Absolutamente todo lo que nos ofrece a través de los ojos desprende poderío técnico. Un gran nivel de detalle con escenarios repletos de vegetación, contrastes de colores y gran cantidad de enemigos en pantalla. A esto se añaden los modelados de los personajes, detallados hasta el extremo, con caras realistas y un elenco de efectos que juegan a su favor. Explosiones, grandes construcciones, efectos como el cambio climático y el ciclo día-noche… Todo luce a un nivel muy alto y sin apenas fisuras.

A nivel artístico el juego destaca por la inmensa cantidad y variedad de localizaciones, repletas de contrastes que nos harán sentir en puntos muy alejados los unos de los otros. Grandes ciudades, algunas más avanzadas que otras, desiertos kilométricos, zonas donde la vegetación es digna de la Selva amazónica y mucho más. Todo ello acompañado por bestias mecánicas que recuerdan a dinosaurios y a animales agresivos contemporáneos de tamaños considerables. Entre toda la propuesta artística no podemos dejar de mencionar Aloy. En un momento como el que estamos viviendo, donde la sensibilidad respecto al papel de la mujer como heroína de videojuegos está a la orden del día, su diseño responde perfectamente a la necesidad -y justicia- de tener personajes femeninos destacados al frente de grandes producciones sin tener que pasar por la hipersexualización que hemos visto como algo normal durante décadas.

La banda sonora sigue el mismo camino, con melodías tribales y otras de corte bélico que saben acompañar perfectamente en todo tipo de contextos. No es lo mismo una cueva de los antiguos con tecnología avanzada que una batalla con una bestia en medio del desierto, o las batallas con aves mecánicas en montañas nevadas. El ritmo de la banda sonora aporta frenetismo y hace que las acciones jugables sean más trepidantes.

Horizon Zero Dawn tiene el potencial para ser un clásico moderno, uno de esos juegos que marcan un punto de inflexión en la vida de un estudio y de una generación. Pasarán los años, la humanidad desaparecerá en un alzamiento robot y los que queden vivos recordarán que Guerrilla Games hizo una joya como esta.