Llegados a la quinta jornada de festival nos encontramos justo en el ecuador del certamen. Infinitas colas, comidas rápidas, salas a rebosar, carreras entre el pueblo y el Auditorio del Melià, sueño acumulado y aplausos cada vez que aparece King Kong derribando aviones en la playa de Sitges. Todo esto y mucho más es el Festival de Cine de Sitges. Todos los que transitan por el festival, fans, periodistas, críticos, cineastas y trabajadores entran en una especie de ensoñación onírica a medida que avanza el festival y se acumulan las sesiones. Todos quieren más películas, sensaciones más fuertes y nuevas sopresas.
La lluvia respetó la jornada del martes por lo que pudimos disfrutar del sol y el mar en los paseos entre sala y sala. Fue un día muy especial con varios homenajes a personalidades importantes del cine y especialmente queridas por los aficionados al fantástico. Fue también, una jornada de buen cine producido en España, con jóvenes realizadores que llaman a la puerta de la industria en busca de más oportunidades. La jornada comenzó con “El ataúd de cristal” (Haritz Zubillaga, España, 1975), una violenta y macabra historia en la que una respetada actriz “sufre” un homenaje inesperado. Es una película pequeña, filmada prácticamente en un único espacio (una limusina) pero que poco a poco va cogiendo fuerza y poder a medida que la perversión toma protagonismo. Después vimos “Salvación” (España, 2016), dirigida por la catalana Denise Castro, una película pequeña e intimista que narra con talento y
La noche terminó de manera emocionante con el homenaje a dos directores imprescindibles en el cine fantástico. Paul Schrader, guionista de “Taxi Driver” (1974) y “La última tentación de Cristo” (1988) y director de “Mishima” (1985) y “El beso de la pantera” (1982), recibió La Máquina del Tiempo en reconocimiento a toda su carrear. Por otra parte, el director italiano Ruggero Deodato, responsable de clásicos del terror como “Holocausto caníbal” (1980) y “Trampa para un violador” (1980) recibió La María Honorífica, por su dedicación y entrega al género fantástico.